Centro de servicios textiles en Bahía Blanca

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Iniciativa de articulación público-privada para atender parte de la demanda del sector y generar empleo en sectores vulnerables.

La Universidad Tecnológica Nacional Regional Bahía Blanca, el Consorcio Parque Industrial Bahía Blanca (CIP), la Corporación del Comercio, Industria y Servicios de Bahía Blanca, la Munici­palidad y el Concejo Deliberante crea­ron el Centro de Servicios Textiles Ba­hía Blanca.

La iniciativa busca poner a disposición del empresariado regional una red in­dustrial textil que atienda parte de la demanda del sector, generar empleos sustentables y exhibir un modelo in­dustrial legal factible, en baja escala de producción, ante la problemática ins­talada de los talleres clandestinos. También apunta a la capacitación en nuevos saberes y habilidades en un sector vulnerable de la sociedad y a la sustitución, mediante mano de obra local, de “importaciones” desde otros centros productivos.

El punto de partida fue la instalación de un taller demostrativo textil en el CPI, para desarrollar acciones de capacita­ción y promoción de confeccionistas que posibiliten la formación pequeñas unidades productivas que, en su con­junto, conformen una red industrial tex­til.

Entre otros avances, el taller fue dota­do de una mesa de corte de 4,80 me­tros, un sistema de corte fijo, una má­quina de corte manual, tres de coser industriales rectas, dos de coser indus­triales overlock cinco hilos, dos de co­ser industriales collaretas, una de coser doble costura “ametralladora”, una para colocar botones, otra para hacer oja­les y una plancha de pie y otra de mano industrial.

Allí se realizó el último módulo de ca­pacitación, “Producción experimental”, cargo del Centro de Formación Profe­sional 401, y se logró que varias em­prendedoras utilizaran las herramientas de mayor escala para apalancar su pro­ducción.

Además, se concretó la vinculación de las confeccionistas con cuatro empre­sarios de la ciudad, en todos los ca­sos con resultados muy positivos, y se puso a prueba el modelo de participa­ción autónoma de las partes, negocian­do precios, calidades y condiciones, con prescindencia de la dirección del proyecto.

Se concretó la vinculación de las confeccionistas con empresarios de la ciudad, con resultados muy positivos.